Soporte clínico personalizado: Adaptación de antibiogramas a las características de cada paciente.
Gestión de biomarcadores: Seguimiento y visualización del uso de PCT y otros marcadores para mejorar resultados.
Flujo de trabajo optimizado: Entrega rápida de resultados clínicamente relevantes al personal médico.
Análisis integrado: Dashboards unificados que combinan datos de múltiples sistemas (LIS, HIS, otras fuentes).
Insights basados en valor: Correlaciona uso de antibióticos y evolución clínica para impulsar prácticas de prescripción adecuadas.
Mejora la eficacia de los programas ASP y combate la resistencia antimicrobiana.
Acelera la toma de decisiones terapéuticas con datos en tiempo real.
Incrementa la visibilidad del valor diagnóstico, justificando el uso de pruebas específicas.
Facilita la colaboración multidisciplinar entre laboratorio, farmacología y clínicas.